Título: El cuento de Navidad de Auggie Wren.
Autor: Paul Auster.
Ilustración: Isol.
Traducción: Ana Nuño.
Editorial: Seix Barral (1ª ed. en colección Booket, noviembre de 2012).
Género y temática: cuentos; humor; drama.
Fecha de fin de lectura: 18 de marzo de 2024.
Auggie Wren, un conocido de Paul Auster, decide devolver la cartera que un ladrón dejó en el estanco en que trabajaba. Y esa “excursión” fue el punto de partida para que Auster escribiera un cuento de Navidad.
Diría que un cuento de Navidad un tanto peculiar, igual que se considera La jungla de cristal una película navideña. Se sale de lo habitual en historias de la época y se agradece.
Es un texto muy breve pues fue creado para publicar en el New York Times, pero en pocas páginas se percibe el estilo de Auster, ese que lo convierte en un gran contador de historias que es capaz de hacer que te intereses por temas que no te importan un comino. Reúne drama y humor. La anécdota de partida es peculiar y la peripecia posterior, loquísima. Estos elementos también son habituales en su narrativa.
Paul Auster es uno de mis escritores favoritos. Si no ha aparecido antes por este blog es porque estoy atascada con La llama inmortal de Stephen Crane (por lo que pesa, no porque no me interese, pero qué perezón llevarlo encima incluso en ebook) y no he atacado ninguna otra cosa suya larga. Pero hace unos días vi su último libro en una librería y al ladito esta belleza, que hace juego con La historia de mi máquina de escribir (otra delicia, que ya tenía) y me los llevé los dos. Me pudo la tentación.
Como curiosidad, es el cuento que sirvió de inspiración para el guion de Smoke.
En fin, no hay mucho más que decir. O sí. Es una historia sobre la creación artística, sobre contar historias y sobre la soledad. Sobre todo la soledad, que nos lleva a hacer cosas para aliviarla, aunque no sea la nuestra, que nunca pensaríamos que haríamos.
Antes de marcharme, como siempre una pequeña mención a las ilustraciones, que me han parecido geniales. Están llenas de colores saturados y tienen mucho humor, lo que le va muy bien a la historia.
Si os cruzáis con este cuento, no os lo perdáis. No se tarda nada en leerlo y es una buena puerta de entrada al mejor Auster.
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