Una tarta de rododendros – Margery Sharp

Título: Una tarta de rododendros.
Autora: Margery Sharp.
Traducción: Raquel García Rojas.
Editorial: Hoja de Lata (1ª ed., abril del 2023).
Género y temática: novela; intimista; coming-of-age; humor.
Fecha de fin de lectura: 6 de marzo de 2024.
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Ann es la pequeña de los tres hijos de los Laventie. Son una familia peculiar a ojos de sus vecinos. Intelectuales, solitarios, independientes y elitistas. Para Ann son la mejor familia del mundo, sin embargo, no encaja en ella. A diferencia de lo que prefieren sus padres y sus hermanos, le encantan la vida sencilla de sus vecinos los Gayford, las ferias de pueblo y las cosas mundanas. El conflicto entre lo que se espera de ella y lo que le gusta la empujará a buscar su propio lugar.

Una tarta de rododendros es la típica novela inglesa de familia adinerada en el campo, cargada con una buena dosis de ironía y humor y todo un abanico de personajes a cada cual más peculiar. Me ha llevado a historias como Orgullo y prejuicio o Una habitación con vistas, sólo que Sharp les da una vuelta a ciertos temas como el matrimonio. En su Tarta, tanto la familia Laventie como sus amigos reniegan del matrimonio tanto para hombres como para mujeres y apuestan por la convivencia. Y la vida intelectual y cultural es igual para ambos géneros.

La primera mitad me resultó un tanto pesada. Es muy descriptivo y abusa de la adjetivación. En el primer tercio casi cada sustantivo va acompañado de un adjetivo. Agotador. Tampoco pasa gran cosa, aunque la autora ya nos muestra de manera clara que Ann va por libre en cuanto a preocupaciones; salen a la luz sus problemas con el físico o con su inteligencia. También vemos el clasismo de la familia, las diferencias entre vecinos y un elemento en el subtexto que me pareció maravilloso: la relación de los padres.

La madre es vista como una inválida, una inútil, sólo por necesitar una silla de ruedas. Por esa discapacidad, la relación del matrimonio no es la habitual. Su marido la infantiliza y le trae una colcha de cada uno de sus viajes porque no hay nada más que le pueda regalar. Una manta para que siga atada a su silla, abotargada. Y es un poco triste el momento en que el subtexto se aclara (un poco) e intuimos el significado de ese regalo.

A cambio, es maravilloso cómo Ann descubre la valía de su madre para organizar la casa y es aun mejor cómo el resto de la familia tiene que agachar la cabeza después de su discurso final. Porque no poder caminar no significa carecer de un cerebro tan grandioso como el de los demás.

Uno de los elementos que caracterizan esta historia son los elementos simbólicos. Empezando por la tarta del título y siguiendo por las colchas de la madre que acabo de mencionar. Pasando por el color amarillo presente en las posesiones de las personas que son diferentes o llaman la atención por algún motivo (el coche de la señorita Finn o las maletas de la novia de Dick); el viaje físico como elemento de crecimiento o cambio; o  la máquina de coser que funciona como el bastón de Bernarda Alba en casa de los Gayford, poniendo en contraposición dos mundos: el de la familia corriente donde las tareas domésticas marcan el ritmo del día a día y el de la familia extraordinaria (“extraordinaria”, más bien) donde es la intelectualidad lo que manda, mientras las labores domésticas se hacen de tapadillo

Volviendo a las partes en que se divide la historia, la segunda me resultó mucho más activa y entretenida. Ann empieza a relacionarse con los Gayford, conoce a gente diferente durante su visita a Londres, su mundo interior se va enriqueciendo y, por tanto, se conoce a sí misma, sus ideas se aclaran y descubre ciertas cosas con relación a sus hermanos.

No sé si es una coincidencia que la protagonista se llame Ann y su primer pretendiente Gilbert, como en Ana de las Tejas Verdes. En esa pareja veo la otra cara de la moneda de Anne Shirley y Gilbert Blythe. Ann Laventie no aspira a nada excepcional, mientras a Anne Shirley tiene la cabeza en las nubes (aunque luego posa los pies en la tierra). Y el Gilbert de Una tarta… es el ser extraordinario que la Shirley anhelaba antes de darse cuenta de que Gilbert Blythe es la persona que necesitaba. Probablemente es cosa mía eso de ver semejanzas donde no hay.

Me estoy extendiendo demasiado. Lo que sucede es que detrás de esa pinta de novela sencilla se esconde una historia llena de capas y simbolismos que habla de problemas que seguimos teniendo un siglo después. La adaptación, crecer y cambiar, encontrar el amor y una pareja, que nos valoren como merecemos o como queremos. Y, sobre todo, que nos regalen la tarta de cumpleaños que nos gusta, que es más difícil de lo que parece porque quienes la compran son los padres y pueden tener la debilidad de comprar la que les gusta a ellos. Y una simple tarta puede marcar (y dificultar) la búsqueda de nuestro lugar en el mundo.

Autor: cocodras

Lectora. Bookcrosser.

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